Adopción de Robin

Robin apareció un buen día en una colonia de una urbanización buscando comida y una mano amiga que le ofreciese algo de cariño, pues como sucede en la mayoría de estos casos la gente que lo abandona cree que así sobrevivirán en las calles. Es un gatete bueno, afable, dulce, tranquilo, juguetón, alegre, y un simpático glotoncete que se vuelve loco por una buena latita de paté, jeje. ¿Qué más se puede pedir? Pues que se lleva bien con sus hermanos gatunos y perrunos de acogida, por lo que la convivencia no será ningún problema, además de ser muy pero que muy guapo. Seguro que si lo conoces caerás rendido a sus patitas y querrás pasar su lado el resto de vuestras vidas.