Adopción de Moissy

Hola, me llamo Moissy, y soy un gato bueno, noble, tranquilo, cariñoso y, aunque soy portador del virus de la leucemia, gracias a los cuidados y mimos que recibo desde hace tiempo, estoy muy guapetón.
Esta es mi historia:

"En el verano de 2012 estaba buscándome yo la vida como podía en las calles del barrio Altozano, sin recordar muy bien cómo había llegado allí. Sólo recuerdo cuánto me dolía la boca, que no me dejaba comer nada de nada, y cada vez me encontraba más delgado, débil y triste, resguardándome bajo los coches del calor y maullándole a quien se me quedaba mirando, a ver si podía ayudarme de alguna manera... hasta que mi ángel de la guarda me miró, me escuchó y entendió mis maullidos, mi aspecto desaliñado, mis babas colgando y mi delgadez tan excesiva y tan evidente. Sacó algo de su bolso y me lo puso a mi alcance... olían bien esas bolitas, pero yo no podía masticarlas ... y de nuevo me entendió, y volvió un ratito después... ¡con pechuga de pollo picada y paté muy blandito!!!! ... ¡GRACIAS!!! eso sí podía comerlo.. ¡qué digo!!! devorarlo!!!
Y así fue como cambió mi suerte... todos los días me bajaba comida blandita que yo podía comer y enseguida confié en ella y me dejé acariciar, y me restregaba con sus piernas y le demostraba mi cariño y agradecimiento. Aprovechando mi confianza me empezó a coger en brazos y abrazar, y acariciar... hasta que un día me metió en una caja muy pequeña con rejas... yo estaba asustado, pero enseguida se me pasó, porque tras llevarme a un sitio con un señor de bata blanca que me miró y requetemiró la boca, los oídos, los ojos, la barriguita y todo lo que quiso y más, me puso una inyección y la boca me dejó de doler por arte de magia.
Y así seguí durante un año, ya no me iba del barrio. Mi ángel de la guarda me bajaba a diario mucha comida muy rica y blandita, y también un liquidito que me daba con jeringa que estaba muy rico y que me hacía ponerme cada vez más fuerte, guapo y hermosote. Y de vez en cuando me llevaba al sitio del señor ese de la bata blanca donde me pinchaban y me ponía todavía mejor.
Hasta que un día mi ángel de la guarda me contó que por fin había sitio en un lugar donde ya estaría a salvo para siempre y donde ella seguiría cuidándome, un sitio llamado "Asoka". Me contó que si no fuese porque había resultado positivo en leucemia (que no sé lo que es, pero tampoco me importa mucho) me habría llevado a su casa sin dudarlo hasta encontrar un hogar definitivo para mí, pero que así no podía ser.
Ahora estoy esperando aquí ese hogar definitivo. El ideal para mí sería uno tranquilo, con acceso al exterior (pero seguro y protegido, de donde no pueda salir y despistarme) y con alguien que me quiera tanto como me quiere mi ángel de la guarda, y a quien yo querré tanto como a ella...¿quieres ser tú mi nuevo ángel?"