Adopción de Hator

Hator llegó a nuestras manos, a punto de ser eutanasiado, con la única razón de que era muy mayor. Rápidamente nos hicimos cargo de él y pasó a ser, con mucho orgullo, uno de nuestros perros senior.

Es un perro muy bueno, cariñoso y juguetón, aunque es un perro muy independiente. No busca de la compañía constante ni de ningún animal ni de una persona, ya que necesita su espacio en el que estar tranquilo y no ser molestado. Cuando él quiere caricias, te las pide; cuando quiere jugar, te busca y te provoca para jugar, por lo que se deben respetar sus tiempos y sus espacios.

Es generalmente sociable, compatible especialmente con hembras sumisas. Presenta una conducta negativa frente a la comida, por lo que tiene su propio dispensador de comida y así él se administra como y cuando quiere. En el albergue, vive muy estresado y se pone muy nervioso pero, algunos de nuestros voluntarios, se lo han llevado de excursión y nos cuentan que fuera del albergue es un perro totalmente distinto y es increíble.

No sabemos qué vida tuvo antes de llegar a clínica para ser dormido, pero lo que sí intuimos es que su socialización y el desarrollo de sus habilidades sociales no fue realizado correctamente y nuestro pobre Hator, ahora con 13 años, no puede reaprender con tanta facilidad.

Lo que tenemos claro es que nunca vamos a dejar de tener la esperanza de encontrarles a todos nuestros asoketes un hogar: da igual si son mayores, si son miedosos, si están enfermos o si tienen un carácter especial.

Hator se merece, igual que todos, un hogar en el que le quieran, en el que acepten que es mayor y les de igual, en el que respeten que a su edad, todos nos volvemos un poco especiales y tenemos nuestras manías, y aún así, nuestro Hator demuestre el gran perro que es.