Adopción de Pili

Pili es la típica y bella romana, atigrada, parda y de ojos verdes, que a su corta edad ya sabe lo que es el dolor y el sufrimiento. Esta pequeña vivía en una colonia controlada, donde la alimentaban y se sentía segura, hasta que observaron que no estaba y la encontraron escondida con una de sus patitas colgando. Sin pensárselo dos veces, la llevaron corriendo a un veterinario, donde les comentaron que la herida era producto de un maldito cepo, y les dijeron que no había más remedio que amputar su pata. De tal modo, con solo tres patitas no podía volver a la calle porque no podría defenderse bien, por lo que ha terminado recalando en el albergue.

Al principio, estaba asustada y se pasaba el día escondida, huyendo de los voluntarios y soltando algún que otro bufido, sin embargo, ahora, gracias a la paciencia y las innumerables caricias, Pili es una gatita totalmente diferente: está completamente integrada en su casa de acogida, y disfruta de los mimos que le regalan sus hermanitos gatunos y su mami de acogida, que le ofreció esta oportunidad sin pensárselo dos veces.

Ahora lo único que necesita Pili es un hogar definitivo, un hogar en el que continuar sintiéndose segura y querida, sabiendo que nunca más volverá a sufrir y que en su vida solo habrá amor.