Adopción de Valentina

Valentina ha tenido algo de fortuna gracias a un resfriado, parece algo raro pero así ha sido. Un buen día, apareció en una colonia controlada, seguramente abandonada a su suerte, con nocturnidad y alevosía por aquellas personas que ella consideraba su familia. Desde el primer día anduvo mendigando mimos y atención a las cuidadoras de la colonia, pues necesitaba más cariño que comida, y ansiaba todos los días su llegada con la esperanza de que le dedicasen unos minutos de atención: restregándose por sus piernas, poniéndose panza arriba, maullando.... todo por unas caricias. Poco le importaba el calor, la lluvia o el frío, nunca faltaba a su cita con las cuidadoras, hasta que de repente, un día dejó de hacerlo. Cuando la encontraron, observaron que su estado de salud había empeorado: ojitos llorosos, nariz mocosa y más delgada de lo habitual, claros síntomas de que algo no andaba bien. Sin pensárselo, la cogieron para llevarla al veterinario, y allí resultó ser positiva en VIF, quedando así marcada por la crudeza de las calles, donde ya no podía volver tanto por su salud como por la de sus ex-compañeros gatunos. Por eso Valentina se encuentra en una casa de acogida, por eso Valentina ha sido afortunada, por eso ha salido de las calles. Esta preciosidad se encuentra completamente restablecida del resfriado, y como os hemos contado cientos de veces no necesita muchos cuidados más que un gato negativo, pues el mayor hándicap es el desconocimiento de la gente sobre la enfermedad. Valentina es una gata dulce y cariñosa, además de bonita, que se ha integrado completamente en su casa de acogida, pero sigue soñando con un hogar definitivo donde ser feliz y estar segura de que nunca más la abandonarán.