EN BUSCA DE UNA OPORTUNIDAD

27-01-2012

Esta es la historia de un gato callejero que buscaba una Oportunidad y el Destino quiso que la encontrara un día mientras paseaba con mis perros por el campo:
Unos niños nos alertaron de la presencia de un gatito que estaba intentando acercarse a unas gatas del vecindario, el gatito maullaba, un poco esquivo cuando me acerqué a él y se agazapó temeroso desconociendo qué iba a hacer con él, entonces fue cuando lo cogí entre mis brazos y me deslumbró la ternura de sus ojos azules como el color del cielo; le saqué unos boles de comida y agua para que se alimentara pero por su deteriorado aspecto, decidí llevármelo a un piso vacío del que disponía para curarle y más adelante ya pensaría qué haría con él.

Lo instalé en aquel piso vacío con su ajuar necesario y diariamente me trasladaba varios kilómetros para darle de comer y hacerle un poco de compañía; en cada hora diaria me iba encariñando más de él, me perseguía allá donde iba, me lanzaba maulliditos, me mordía las manos para jugar, se restregaba contra mis piernas…entonces decidí llamarle
“LINO“, por la suavidad de su pelo y en honor a las flores del campo de donde le encontré.
Le realicé las curas de los ácaros que contenían sus orejas y de la tiña que le recorría por todo el cuerpo y un resfriado que parecía no desaparecer nunca.
Mientras tanto cada día nos acercábamos más el uno al otro, yo me sentaba en una punta del salón a esperar a que él se encontrara conmigo… no tardaba en hacerlo.

Pero tan sólo unas semanas después de hacerles las pertinentes analíticas ese gatito dio Positivo a la Leucemia;
La veterinaria me aconsejó eutanasiarlo para evitarme problemas futuros, según dijo ella, y yo sin saber muy bien de qué iba esa enfermedad tenía muy claro que ese gatito al que había rescatado de la calle no era quien de decidir por su vida; así que emprendí mi camino en buscar ayuda para mi gatito, y casi todas las puertas a las que llamé no se abrieron ninguna, era un constante repetir de “no te metas en más problemas“,
“bastantes animales tienes ya”, “cuántas preocupaciones por un gato que no es tuyo”, “no debes tener un enfermo con los tuyos sanos“…
Y ese gato ajeno a todo lo que le rodeaba seguía alimentándose, jugando con sus ratoncillos de tela y disfrutando del solecito de la ventana…

Yo me emocionaba viéndole tan feliz, tan cariñoso conmigo…no era justo para él y tampoco para mí.
Entonces encontré un lugar donde acogían a gatos leucémicos, aunque estaba muy lejos de mi Comunidad, existía una oportunidad para él, sin embargo, un escalofrío me recorría el cuerpo cada vez que lo veía recuperarse de sus heridas, de cómo me transmitía su agradecimiento a su manera… no podía separarme de él.
Existía el inconveniente de que no quería verlo encerrado en un piso solo sin poder compartir juegos con sus congéneres y juntarle con mis gatos sanos estaba lleno de inconvenientes.
Lo medité durante muchas semanas y tras haberlo hablado con mí veterinario decidimos revacunar a los míos y traer a LINO a casa para que aprendiera a convivir, a jugar y a compartir como uno más de la Familia.
Lino ya lleva con nosotros tres meses y cada día a su lado es un regalo, no le miro como a un enfermo porque es el motor y el movimiento del resto de mis tres gatos; no sé el tiempo que estará a nuestro lado, ahora tiene siete meses y hace una vida totalmente normal con el resto de la Familia; puede que haya sido una imprudencia el juntarle con el resto de mis otros gatos, pero tengo la firme convicción de que cada uno de ellos fue rescatado de su propia circunstancia para entrar a formar parte de mi Especial Familia y todos ellos han de aceptarse como son.

Así que esta es la historia de un gato leucémico que de donde viniera encontró la oportunidad de encontrar una familia que no le rechazó por esa “particularidad “, que no le dio la espalda y apostó por él incluso con la ignorancia de esta enfermedad hasta que ella decida que se tiene que marchar, pero por el momento disfruta de todos Nosotros y esperamos que la historia de Lino valga de experiencia para que otras personas decidan dar una oportunidad a los gatos con Leucemia, que aunque no exista por el momento cura ,sí le ganemos la batalla al Rechazo y al miedo que la sociedad tiene a esta enfermedad.

 

 

Autor: Ruth Martín